Cuentan los rumores que hace unos años habia un personaje de la ciudad de Iquique que era adicto a las prostitutas, este hombre no podia estar un dia sin pagarle a una para tener un momento de placer, pero mejor llamemoles por su nombre, escorts acompañantes, un oficio que a mucha honra mantiene familias enteras y pagas estudios universitarios de muchas personas. El tema es que este tipo se envicio con una escort que siempre le robaba algo, ella terminaba su trabajo y le sacaba algo mientras el se vestia o meditaba sobre lo que habia pasado. Probablemente se preguntaran por que este tipo la volvia a llamar, pero simplemente el motivo es que estaba enviciado con esta voluptuosa escort de medidas extravagantes, tendrian que verla para que comprendan como un hombre puede volverse loco por el cuerpo de una mujer. Pues bien con el tiempo el aprendio a dejarle cosas para que ella robara y se fuera feliz, compraba en tiendas chinas y la mina creia que era algo valioso y se lo llevaba completando asi su fetiche. Pero un día, ella vio un jarron de la dinastia ming, y se lo llevo, el cliente al ver que la escort no habia robado el ventilador Chino que habia dejado para tal fin, se asomo a la ventana y le grito a la escort que iba cruzando la calle ya, hey!, ese jarron lleva las cenizas de mi abuelo!, a lo que la escort le respondio, lo siento, ya no hay tiempo para lamentar, y se fue!