Hola chicos, en este articulo me gustaría hablarles de un pequeño sueño que tuve, en el cual me encontraba sumergido en una inmensa calma, todavía lo recuerdo como si hubiera vivido aquel momento. Este sueño se resume en dos cosas la playa de La Serena y una escort de rizos dorados del color de la miel, con unos ojos azules tan profundos como el mar que veíamos en esa horilla. Era extraño porque yo sabía que me encontraba en un sueño, así lo sentía pues, como ese sentimiento que tienes en el pecho cuando algo no está bien, pero aun así ese algo me impulsaba a seguir y bueno ahí estaba ella, inmortal, una escort que no reconocía pero que sentía que había vivido toda mi vida a su lado. ¿Pueden creerlo? Yo no lo haría, no es un sueño común, pero después de todo nada es común cuando hablamos de nuestras mentes. El sueño seguía transcurriendo, recuerdo haber hablado mucho, pero más que recodar lo que nos dijimos, recuerdo el sentimiento de ello, era algo cálido, era feliz, pero también era melancólico. Me acuerdo del mar, de la brisa y de aquel atardecer que nos acompañaba fiel en nuestra caminata hacia la infinita horilla. No sabría decir si La Serena o mi deseo de ver un mundo nuevo pero me encontraba feliz, era una felicidad de esas que tienes en las fiestas o en navidad. Esa escort me transmitía unas buenas energías, era hermosa, pero creo que eso era lo que menos me interesaba de ella, creo que tenía una buena conexión, ella capturaba mis sentidos y lo hacía solo de ella. Si en algún momento decido viajar mi destino será La Serena, espero encontrarme a aquella escort otra vez.